sábado, 8 de mayo de 2010

Ser pobre y hedonista

(Sobre la humilde nobleza del placer)

La verdad que podemos comprender
no es la Verdad.
Lao Tse
(una reconfiguración del Tao Te King)

Filosofía - Política - Sociedad


Este título tiene “presunción filosófica”. En una época en que “filosofía” se ha transformado en un genérico: la filosofía de Fiat, la filosofía del Barça, la de la moda, filosofía vitalista, del deporte, gastronómica, empresaria, etc., nos parece importante sumar molestia, impertinencia y pretender el desentumecimiento de nuestra mente.
Y justamente, si filosofar es poner en duda el statu quo dominante, aquí van titulitos interrogativos, que hemos publicado en la semana y, finalmente, nuestra reflexión.
FI

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hedonismo.
(Del gr. ἡδονή, placer, e -ismo).
1. m. Doctrina que proclama el placer
como fin supremo de la vida.
RAE


"La felicidad se logra con inteligencia emocional, social y espiritual"
… No es que pretendamos cuestionar al “profesor en Filosofía” que el artículo siguiente refiere. Ocurre que, más allá del acierto de la necesaria conjunción entre “inteligencia emocional, social y espiritual” para alcanzar la “felicidad”, sin duda es sólo para el mundo burgués, que comprende y tiene “los libros, alimentos, ropa y vivienda” necesarios. Miles de millones de humanos no podrían comprenderlo.


¿Prohibido Pensar? Filósofos y medios de comunicación
Hay un punto de contacto de este título con el anterior: “lo filosófico”.Es como que llegó justo detrás para poner en duda lo que dice Torralba Rosselló, como corresponde a la filosofía. ¿Se puede pensar con la mente tomada por las ideas dominantes?


¿Qué es el sentido crítico débil?
Sobre las cuestiones humanas puede haber una “conceptualización” por cada sujeto que analiza… Pero la pregunta sería ¿el pensamiento crítico tiene una variable débil? ¿Sigue siendo pensar crítico? Rescatamos un pequeño trabajo que así lo sostiene...


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Reflec-tion
Por efecto de la acción PiscoBioPolítica “imperceptiblemente” desarrollada, la sociedad ha dejado el placer de la reflexión y el descubrimiento íntimo “en las manos” -y mentes- de los “opinadores radio televisivos” (ver libro Política de la ilusión). Abandonamos el erotismo de nuestros dedos, de nuestra piel, en el espacio de los programas “pornosoft”. Lo que sin duda es un triunfo de la “manipulación del deseo” programada y ejecutada político corporativamente. Hay un goce perverso de parte de todos, que sostiene la aceptación “sin crítica” de aquello que no nos afirma; que nos provee un “placer sustituto”, si es que esto existiera, un supuesto placer.

Coincidimos con la propuesta del pensador francés Michel Onfray (1), en el sentido de una “aristocracia del sentimiento” que rechaza lo mediocre. Para lo cual es aconsejable olvidar los prejuicios respecto a tener dinero para el placer. No se trata de poseer un yate o de existir en aislamiento. Se impone una toma de posición hedonista, a favor de vivir afirmativamente, que rechaza el amar al prójimo si “el prójimo” obstaculiza el andar en la felicidad. Además, ésta, nunca es un fin, sino un camino basado en lo que otorga alegría al sujeto. El regocijo con lo simple y modesto es hedonista, tanto como la desnudez y las frutas, como el placer de una copa de vino bebida con estética e inteligencia mientras se recibe u otorga una mirada sugerente.

Pero…
Todavía el placer, si no se compra a “las marcas” que presuntamente “lo garantizan”, sigue estigmatizado como enemigo. No sólo por la moral dominante, también por el soporte político económico de esta, el Capitalismo Mundial Integrado. Además, si no es definido colectivamente, el estigma baja por “orden superior” de quienes detectan el Socialismo Mundial Multiformato, calificando al placer de “burgués”; piénsese en el presidente venezolano Hugo Chávez.


Transitar el inicio de una nueva fase humana exige redefinir nuestra idea de placer. El hedonismo ha sido combatido; es de “vagos y mal entretenidos” ha dicho el discurso dominante. Imponiendo “el placer y la salud del trabajo” como paradigma obligado, para continuar con la explotación general de la sociedad.

Sed hedonistas, pues no es cuestión de dinero. La caricia y la ternura son impagables.
FI

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